A diferencia de la tarjeta de débito, donde el dinero que uno puede utilizar para realizar operaciones es el que se encuentra en nuestra Caja de Ahorro, la tarjeta de crédito como su nombre lo indica, nos permite operar por un tiempo limitado con dinero de un tercero (el emisor de la tarjeta), es decir que no es necesario disponer de dinero en cuenta para utilizarla. No obstante, cuando se produce el cierre del resumen de la misma, el titular debe abonar lo que gastó.
Una tarjeta de crédito es una tarjeta de plástico emitida por una compañía financiera y permite a su propietario la opción de pedir prestado dinero del emisor. Podrá utilizarla para efectuar compras pudiendo llevar el pago de los productos a períodos futuros.
Las tarjetas de crédito suelen tener un límite de dinero que permite que la persona compre o consuma servicios hasta un determinado monto.
Las formas más primitivas de las tarjetas de crédito fueron aquellas que se empezaron a difundir entre algunas empresas de Estados Unidos en la década de 1920. Estas tarjetas eran de uso interno en tales compañías y servían para acreditar sueldos y realizar otras operaciones simples, aunque no estaban todavía dirigidas hacia el consumo.